01 julio 2011

Camino a Connemara (3): Mi estado de forma

No es fácil analizar el estado de forma de uno mismo de manera objetiva.

La experiencia me hace concluir que los corredores tendemos a apasionarnos mucho con este asunto y que cualquier pequeño destello de luz nos lleva a sacar conclusiones a veces demasiado optimistas, y así luego pasa lo que pasa, las habituales decepciones post-competición. En unos corredores más que en otros, también es verdad.

Dicho esto y asumiendo que la forma se evalúa mucho mejor desde fuera, voy a intentar reflexionar sobre mi situación.

Comenzaré con una comparación respecto al nivel que tenía cuando afronté la carrera Madrid-Segovia de 100kms, la prueba más similar que he realizado a la que me espera en Connemara. Unas semanas antes de correr esa prueba tuve que abandonar (por la misma lesión que me ha martirizado este año, pero con menor gravedad por aquel entonces) la preparación del Maratón de Chicago, a donde estaba llegando con un nivel teórico aproximado de 2h17/2h18 (luego hay que hacerlo). Esa marca está a años luz de lo que podría hacer ahora mismo. Después descansé 3 ó 4 semanas por la lesión y tuve la suerte de llegar a la Madrid-Segovia con el entrenamiento hecho y además descansado.

Esta preparación ha sido completamente distinta. Tan sólo he entrenado realmente a alto nivel la carrera a pie durante el último mes y apenas he superado los 100 kms en tres de las semanas (el año pasado estuve tres meses sin bajar de ahí). A cambio he hecho muchas salidas por el monte de varias horas, algunas veces andando, algunas veces corriendo y algunas veces mitad y mitad. Creo que mi cuerpo está mejor acostumbrado a nivel orgánico a esfuerzos de varias horas y más preparado también para recorridos con grandes desniveles (no a nivel de potencia o velocidad máxima en subida, donde tengo un límite físico que no creo que pueda incrementar, pero sí a nivel de eficiencia para tolerar muchos desniveles sin acumular fatiga).

También soy un año mayor y más experimentado en este tipo de pruebas. Y respecto a los niveles de ilusión, motivación y disfrute al correr por el campo ya el año pasado los tenía al 110% y este año con las ganas que he cogido durante el par de meses que no he podido correr creo que es posible que incluso los haya incrementado.

Y así más o menos me presento ante la carrera...

1 comentario:

  1. Pablo, the best for you! Guardaré estos posts porque son una lección de profesionalidad y know-how acerca de como encarar una competición. Otra de las patas junto al entrenamiento visible e invisible.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar