El progreso y el desarrollo de las últimas décadas en las sociedades occidentales ha traído unas cuantas cosas buenas. Internet y su influencia en la universalización del conocimiento y la cultura es un ejemplo incontestable. No es lo único, en estos tiempos disfrutamos de muchos otros avances tecnológicos con efectos netamente positivos para la especie humana.
Pero los nuevos modelos de desarrollo económico, industrial y social también han traído algunas rutinas algo más nocivas que nos alejan de nuestros orígenes como especie y que están generando tensiones internas en un número creciente de individuos. Parece que no todo el mundo está siendo capaz de soportar la "estabulación" que generan ciertos estilos de vida modernos.
Observo desde mi privilegiada situación en la montaña que el ciudadano medio cada vez necesita más oxígeno y busca realizar más actividades primarias cercanas a los orígenes de nuestra especie. El auge de la carrera a pie es un buen ejemplo. También la proliferación de los alimentos naturales o ecológicos, las terapias alternativas o la modificación de ciertos estilos de vida. La clave detrás de todo esto es sin duda la búsqueda del reencuentro interior con lo que realmente somos como especie. Aunque nuestra evolución como homínidos haya tenido lugar durante millones de años quizás en las últimas décadas nos hayamos alejado de manera demasiado brusca de la adaptación progresiva que nos ha llevado hasta lo que somos hoy en día.
Fruto de esta búsqueda de reequilibrio y armonía con nuestros orígenes están surgiendo en los últimos tiempos diversos movimientos tanto en el ámbito de la nutrición ("Paleo Diet", "Evolution Diet"), como en el ámbito deportivo ("Barefoot Running", minimalismo en el material), o incluso iniciativas literarias que se convierten automáticamente en best sellers como "Born to Run" (publicado en castellano hace unas semanas por la editorial Debate con el título de "Nacidos para Correr").
Pero hay que tener cuidado porque detrás de algunos de estos movimientos o corrientes hay también un interés comercial espurio, que es precisamente lo opuesto a lo que realmente deberíamos perseguir con esta "vuelta a los orígenes". Cada uno debe de ser capaz de separar el grano de la paja y actuar en consecuencia. Que nadie decida por nosotros.
De todo esto y de alguna cosa más tuve el placer de hablar en las Jornadas del Corredor organizadas por la Universidad Camilo José Cela en la feria Expodepor de Mapoma hace un par de semanas.
Como curiosidad os dejo con un par de vídeos de Erwan Le Corre, fundador de "MovNat", un movimiento surgido alrededor de las ideas que hemos estado comentando en este post. El primer vídeo es realmente plástico y el segundo recoge una entrevista (en inglés) bastante aclaratoria.
Un personaje muy curioso y ¡¡qué imágenes!! Gracias por traerlo por aquí y buena reflexión: ¿por qué el minimalismo está saliendo tan caro? Algo falla, sin duda.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo. Posiblemente cada hipótesis -que no teoría- tenga algo de bueno, pero me huelen algo a moda, que no es malo por sí mismo.
ResponderEliminarEstas hipótesis suenan bien, son lógicas, y están muy bien adornadas, pero les queda mucho para llegar a teoría, necesitan demostrarse y la lógica o la belleza no son precisamente las que demuestran nada, casi nunca. Por ejemplo, la paleodieta, suena realmente atractiva, ¿pero alguien ha demostrado de verdad, con estudios amplios y profundos su valía? Umm, no sé, quizá no vaya por mal camino, pero de ahí a que sea todo cierto, sus bases y lo que "promete" dista demasiado.
Me hubiera gustado escucharte, en otra ocasión, es un tema interesante.
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Gran tema Pablo. Curiosamente las cajas de las 5 fingers de Vibram (o quizás es al revés) en los USA iban llenas de consejos sobre sus peligros como si fueran medicamentos. Posiblemente por las demandas.
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