Fin de la temporada, o mejor dicho este año no hay temporada.
Este invierno había hecho los deberes (básicamente había podido hacerlos, a diferencia de otros años), tenía una buena base y estaba preparado para intentar romper/destrozar todas mis marcas en la pista.
Pero a veces se cruzan determinados caminos en la vida que merece la pena coger y trenes a los que crees que debes subirte, en este caso en el ámbito profesional.
Elegir significa renunciar, y eso es lo que yo he hecho con una interesante mezcla entre ilusión y tristeza, evidentemente con ventaja a favor de lo primero. Ahora tengo que poner toda la carne en el asador para cerrar los temas que tengo abiertos y empezar la nueva etapa con la mayor energía y empuje posibles, así que correr pasará una vez más a planos secundarios o sucesivos, por supuesto sin desaparecer nunca del todo.
Quizás compita en alguna carrerita en las próximas semanas sin objetivos concretos y sin preparación específica, pero ya con el pistón bajado.
Seguiremos informando.
Pues nada Pablo, como bien dices hay que elegir y seguro que no te arrepientes, el tren que pilles será el bueno.
ResponderEliminarUn saludo
Quique
Tanto sufrir con la econometría, tanto con la investigación operativa y mira por donde el azar te lleva por otros derroteros, que por lo que parece y estoy seguro de ello, no menos interesantes.
ResponderEliminarSuerte en todo caso en todos los ámbitos y aquí te leeremos!